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Carlos Espinosa/CDF

Crónicas de un fotógrafo Quiteño en las Islas Encantadas

Carlos Espinosa
21 Mar 24 /

Casi ha transcurrido un año desde que abandoné la bulliciosa ciudad de Quito para sumergirme en la vida tranquila de las Islas Galápagos, trabajando como staff de la Fundación Charles Darwin. A medida que me adapto lentamente a la vida isleña, quiero compartir una de mis fascinantes salidas de campo como productor audiovisual.

¡El tan esperado día finalmente llegó! La fecha para viajar a Floreana se había pospuesto desde noviembre, dado que, en las islas Galápagos, los planes cambian rápidamente según los recursos disponibles. Con cuatro maletas repletas de cámaras, lentes, drones, alimentos y ropa, partí a las 6:30 am del 24 de enero desde el muelle de Puerto Ayora.

En esta salida de campo particularmente tendríamos varios equipos simultáneos trabajando para diferentes proyectos de la Fundación. El equipo de Heinke, Miriam, Paul y Anne – Especies Invasoras Terrestres, su objetivo: Monitorear la vegetación de Scalesia en la zona alta de la isla y establecer nuevos cuadrantes para monitoreo a largo plazo. El equipo de Birgit y David – Aves Terrestres para monitorear la población de especies que habitan en la isla. Y pesquerías con Gabriela y Félix, para un asesoramiento a emprendedores del lugar.

A la salida nos sumamos Rakan, el Director Ejecutivo, y yo para documentar a lo largo de 5 días tanto los proyectos como imágenes de naturaleza, animales, aves y paisajes.

Día 1: Descubriendo Floreana

Al pisar tierra me llamó la atención una isla con una población de pocas cuadras adornada con acacias de colores rojo y amarillo, las calles frente a la costa te direccionan hacia la playa de arena negra, un pequeño reducto de piedra y cenizas que dan paso a los más lindos atardeceres que he visto hasta el día de hoy en Galápagos. Me cautivó estar en un lugar con una historia única en el mundo.

Encontré las llaves del hotel bajo alfombra y tras dejar las maletas, emprendí marcha para lograr mis primeras imágenes de naturaleza. Punto 1 fue la lobería, recomendación de Rashid Cruz, lugareño y compañero de trabajo en la FCD. El lugar pareciera que junta o divide dos corrientes entre un islote peinado por opuntias. En la playa lobos marinos, pelícanos y tortugas, desde el aire la vista es surreal.

Quedamos con Rakan en hacer una entrevista con miras a un documental sobre el trabajo de la fundación a lo largo de los años. En la isla no hay señal de celular, solo llega internet cerca de determinadas casitas. Finalmente, entre mensajes cortados, nos pusimos de acuerdo y realizamos la entrevista en el tramo final de la playa negra.

Al caer el sol por la tarde, fui a buscar flamencos recorriendo un sendero costero llamado camino de los pulpos. Al final del recorrido, un único flamenco busca alimento en una pequeña poza rodeada por un manglar. Sus colores son más intensos por la luz del sol y aprovecho para sentarme un buen rato hasta que el animal tome confianza y se acerque unos metros para poder realizar videos y fotografías.

Llegada la noche me reuní con el equipo de Heinke que llegaba de una jornada intensa de trabajo en la parte alta de la isla, hablamos sobre las actividades del día siguiente y decidimos que saldríamos temprano en la mañana.

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Imagen aérea de “La lobería”, Isla Floreana, Galápagos, Ecuador - 24 de enero 2024
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Flamenco de Galápagos en isla Floreana, 24 de enero de 2024.

Día 2: Explorando la parte alta de Floreana

Llené mis botellas de agua, subimos las mochilas a la chiva y salimos en dirección a las colinas verdes. En la parte delantera del vehículo se encontraban unas 5 personas que también usaban la chiva como medio de transporte para sus actividades laborales cotidianas, reían y cada uno se iba quedando en distintas partes del trayecto.

Al llegar, el paisaje húmedo contrastaba con la sequedad de Puerto Velasco Ibarra, la vegetación era pesada y entrelazaba plantas de mora que abrían el camino en búsqueda de cuadrantes de Scalesia.

Realicé imágenes del proceso que consiste en largas caminatas en terrenos de difícil acceso, abriendo camino con un machete. La medición de cuadrantes generando transectos e identificando una por una las especies de plantas, el trabajo es sumamente minucioso y repetitivo, y debe ser ordenado para lograr ver variaciones de vegetación en un tiempo determinado.

Posteriormente nos separamos, y decidimos que yo acompañaría a Paul, quien está encargado de volar el drone para monitorear la población de Scalesia cerca del Asilo de la Paz. Subimos pasando por cavernas y una cara tallada en piedra hasta un mirador, que sería un buen punto para iniciar los vuelos. Aproveché para documentar el trabajo de Paul y lograr tomas aéreas de los bosques.

Bajando, tuvimos que caminar varios kilómetros con el propósito de conseguir algún auto que nos pueda acercar al pueblo. Sin suerte, únicamente conseguimos ver a la distancia un tractor que se acercaba por la carretera, hicimos una señal y detuvieron el tractor, así nos acomodamos en una especie de carromato que nos acercó a 2 km del pueblo, de ahí a pie de nuevo.

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Heinke Jaeger, científica de la Fundación Charles Darwin durante monitoreo de vegetación en isla Floreana, el 25 de enero de 2024

Día 3: Un nuevo día

Salimos junto con Rakan, Anne, Miriam y dos guardaparques al camino de Post Office desde la parte alta de la isla, de nuevo al amanecer.

El sendero, que llega hacia la playa, cambia de un momento a otro la vegetación, cargamos agua y material por la ruta para realizar el trabajo. Los primeros rayos de luz empiezan a iluminar las ramas de los árboles mientras nos adentramos en el bosque. Nos dividimos en dos grupos para poder abarcar diferentes partes del proceso, unos abrían algo de camino y median los transectos, mientras el otro grupo identificaba y anotaba las especies que habitaban cada cuadrante. Varias horas de sol después, varias fotos y raspones después salimos del camino y descansamos bajo un árbol, al fin una sombra bajo la cual descansar un rato y nos preparamos de nuevo para bajar en el balde de una camioneta mientras se ocultaba el sol detrás del mar.

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Sendero hacia Post Office, Isla Floreana, Galápagos, Ecuador, 26 de enero 2024.
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Atardecer en playa negra, Floreana, Galápagos, Ecuador - 26 de enero 2024.

Con muchas expectativas de dos nuevos días junto al equipo de aves terrestres, estoy convencido de que Floreana se revela como un tesoro natural único y estoy emocionado de compartir más de esta aventura en una próxima entrega.

¡Manténganse sintonizados!

Carlos Espinosa

Productor Audiovisual

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