Hay un dicho que dice que soñar no cuesta nada; con el tiempo he descubierto que es verdad. Dar tiempo y dedicación a lo que amas y sueñas no cuesta nada, de hecho, lo disfrutas tanto que hace que todo valga la pena, los mareos, el cansancio, los morados y lo que venga. Cuando vives trabajando por un sueño, ¡todo es una aventura!.
Mi nombre es Ana Victoria Moya Serrano, soy residente galapagueña, y mi travesía por la conservación empezó cuando tenía tan solo siete años mientras miraba un documental sobre la pesca de ballenas, en ese momento decidí que debía aportar de alguna forma para proteger el océano. Empecé estudiando biología marina y por vueltas de la vida llegué a Galápagos al proyecto “Ecología de Tiburones” de la Fundación Charles Darwin que me abrió las puertas para poder llevar acabo mi sueño.
Ser parte del proyecto de ecología de tiburones, y participar en actividades de campo, como la colocación de estaciones de video remotas con carnada (BRUVS, siglas en ingles) y cámaras operadas por buzos (DOVS, siglas en inglés), la toma de biopsias para estudios genéticos y de isotopos, la colocación de marcas satelitales y hasta actividades de escritorio como el análisis de los videos y toda la parte administrativa han generado un gran impacto en mi desarrollo personal como profesional. Cada actividad requiere un nivel específico de concentración, tiempo y esfuerzo que, con el tiempo, te enseñan a ser organizado y estar atento a cada paso para realizar un buen trabajo, a ser rápido en tomar decisiones y a buscar soluciones, también descubres que la mejor forma de conseguir un objetivo es el trabajo en equipo y que siempre hay que estar abierto para enriquecerse de los demás y de los errores. Es un trabajo arduo pero gratificante.
Cuando tienes la oportunidad de estar cerca de estas especies y observarlas en su hábitat, ver su comportamiento y sus reacciones, tu mundo se expande. Es increíble ver como cada especie tiene su personalidad, desde tímidos tiburones martillo, curiosos tiburones sedosos, territoriales tiburones Galápagos, cautelosos tiburones tigre, hasta temerarios tiburones puntas negra y un calmado tiburón ballena. Cambias la percepción del miedo por respeto y admiración, y comprendes que al igual que los humanos, los tiburones tienen sus códigos y solo hay que adaptarse.
También he tenido el privilegio de estar en sitios inimaginables alrededor del Archipiélago. Cada uno con su toque único. Las Islas lejanas del Norte “Darwin y Wolf” son el lugar perfecto para ver escuelas inmensas de tiburones martillo y al gran tiburón ballena, y cuando menos te lo esperas, orcas inmensas pasan a tu lado. Dirigiéndose hasta el sur se puede tener la gran experiencia de nadar junto a las magníficas mantas oceánicas, que parecen volar en el gran océano, tener un encuentro con una inmensa tortuga marina en medio de un bosque de manglares que esta tranquilamente comiendo en las rocas mirándote de reojo mientras exuda calma y sabiduría, o estar rodeado de burbujas que vienen de fumarolas volcánicas poco profundas en Roca Redonda te hace sentir que estas en otro mundo.
Como parte de mi puesto de investigadora asistente, me han dado la oportunidad de liderar mi propio tema de investigación, donde he tenido que construirlo desde cero. Debo decir que al inicio estaba un poco perdida y que a veces en la juventud uno peca de impaciencia y terquedad, pero cuando tienes una buena guía y paciencia, entre los bajos y los altos, se obtienen los resultados esperados. El proyecto está enfocado en estaciones de limpieza y las dinámicas que se desarrollan en estos lugares tan importantes para la salud de los tiburones y del ecosistema. En la última salida realizada en febrero, fueron colocadas cámaras en diferentes estaciones de limpieza para estudiar el comportamiento de los tiburones; es increíble ver como en cada lugar cambian las dinámicas e individuos presentes.
Todas estas oportunidades han sido posibles gracias a que hay personas trabajando para permitirlo, que al igual que yo, ponen su granito de arena en pro de la conservación y que saben que los cambios vienen a través de educar e integrar a más personas. Trabajar por una causa siempre te motiva a seguir soñando.