Expedición al fondo del mar
30 de agosto 2023. Esta es mi tercera semana de un mes en el mar a bordo del R/V Falkor (too) junto a un grupo de científicos liderado por la Dra. Roxanne Beinart, de la Universidad de Rhode Island. Estoy a bordo de la primera de las tres expediciones en alta mar planificadas para Galápagos, desde agosto hasta noviembre de 2023.
La travesía inicial está dedicada a explorar las comunidades de fuentes hidrotermales en las profundidades, al noroeste de las islas Galápagos, en sitios dentro de la Reserva Marina de Galápagos y en aguas territoriales ecuatorianas. La colaboración nace con un destacado grupo de científicos y Schmidt Ocean Institute, una organización sin fines de lucro que ha brindado una oportunidad única para el avance en la investigación en beneficio de la conservación marina de Galápagos y el Pacífico Este Tropical.
El Falkor (too) es un barco oceanográfico de alta tecnología, que maneja el submarino operado de forma remota (ROV) SuBastian. Su nombre se inspiró, en la novela de fantasía de 1979 de Michael Ende, "La Historia Interminable", en la que Falkor era un dragón de la suerte cuyas caracteristicas esenciales eran la sabiduría, la magia y el poder compartir su conocimiento con los demás. Ese mismo espíritu es el que tiene este barco científico. La operación técnica se ejecuta casi de manera continua junto a una impresionante transmisión en vivo de alta calidad, desde el ROV, que desde lo más profundo del lecho marino comparte descubrimientos y experiencias de la vida en el barco a cualquiera que pueda conectarse en línea.
La exploración es lo que nos ha llevado a este lugar remoto localizado sobre el Centro de Expansión de las islas Galápagos. Es una línea en donde se ubica una falla geológicamente fascinante y volcánicamente activa; está entre placas tectónicas en constante movimiento, alberga algunos de los ecosistemas marinos más extraños y dinámicos, así como criaturas asombrosamente adaptadas, conocidas por la ciencia. Este es el tipo de lugar donde la vida oceánica podría haberse originado; un lugar donde podríamos encontrar pistas sobre cómo podría comenzar la vida en otros mundos. Nunca sabremos lo que Darwin habría pensado de esto, pero más de 160 años después, sigue siendo uno de los casos de estudio más fascinantes para la geoquímica, la biología y la ciencia evolutiva interconectadas.
La sala de control
A las 6 de la mañana, con una taza de café en la mano, me dirijo desde mi camarote por una cubierta que se balancea lentamente (evitando los ocasionales desechos de aves fragatas y piqueros de patas rojas posados en lo alto de las grúas), a través de un pequeño laberinto de pasillos y laboratorios húmedos cuidadosamente diseñados, con una variedad de refrigeradores de muestras y estaciones de control informático, finalmente llego a la sala de control de la misión.
Este es el corazón de la expedición. Sobre una avalancha de flujos de datos, pantallas y botones titilantes, hay un puñado de científicos, técnicos, estudiantes y tripulantes que trabajan las 24 horas del día. Ellos forman parte de un equipo aún más amplio para explorar, caracterizar y comprender un mundo submarino oculto, único, a 2500 metros de profundidad.
Las personas cambian de turno para tomar el desayuno, algunos se dirigen a descansar mientras que para otros comienza el día. En las pantallas: una cesta ornamental se aferra a un coral de bambú, una langosta blanca fantasma hace piruetas y, en ráfagas, desaparece detrás de un grupo de gusanos tubulares gigantes. Todo está cuidadosamente registrado por un grupo de estudiantes observadores que trabajan con sus computadoras portátiles.
Mientras la escena de otro mundo se desarrolla a kilómetros debajo de nosotros, te preguntas de manera distraída si esto podría convertirse alguna vez en algo rutinario. La señal "al aire" parpadea y te recuerda que esto se transmite en vivo al mundo.
Exploración para una mejor conservación del océano
En cuanto a la importancia de la investigación para la conservación de las islas Galápagos, el R/V Falkor (too) se suma a las expediciones de exploración que datan de varios siglos atrás, como las lideradas por Taylor en la década de 1930, la Academia de Ciencias de California en 1905, el Smithsonian o la expedición Arcturus de William Beebe en 1925, aunque,-hay que admitirlo-, con más comodidad y probablemente menos riesgo de contraer enfermedades propias de las expediciones antiguas, cuando las condiciones sanitarias del encierro en altamar no eran las mejores.
Esta expedición se une a otras que están ayudando de manera significativa a acelerar la ciencia del océano profundo en beneficio de la conservación. Esto ocurre en un momento en que es penosamente evidente que nuestro bienestar futuro como especie depende de las decisiones que tomemos ahora, para garantizar océanos saludables y sostenibles a nivel global.
Nuestro océano profundo, en gran parte inexplorado, representa más del 90% de la superficie terrestre e incluye algunas de las regiones más emblemáticas, como Galápagos, que albergan una biodiversidad irremplazable en el Pacífico Este Tropical.
El compromiso de la Fundación Charles Darwin, junto al Parque Nacional Galápagos y una serie de aliados estratégicos, es incorporar los descubrimientos del R/V Falkor y expediciones similares en el ADN del manejo adaptativo de los hábitats de aguas profundas de la región.
A través de la colaboración y los esfuerzos de investigación de grupos como el de la Dra. Beinart y su diverso equipo de cartógrafos, ingenieros oceánicos, químicos, oceanógrafos y biólogos, estamos mejor preparados para respaldar la conservación y la gestión derivada con criterios técnicos informados.
Esperamos que este viaje por sí solo aumente la conciencia sobre la conservación de los frágiles hábitats que existen alrededor de las fuentes hidrotermales de aguas profundas. De todas maneras es otro hito en el ámbito de la investigación del rico patrimonio natural de las islas, custodiado por Ecuador y la comunidad de Galápagos. Es un eslabón importante en la cadena "de la ciencia a la acción", que hace que la biodiversidad oceánica oculta y poco conocida cobre vida de maneras que no podríamos haber imaginado hace apenas 15 años.