Era un día nublado y lluvioso, poco después de las 6 am, cuando Freddy Cabrera, José Haro y yo nos encontramos en una parada de autobús en Puerto Ayora para dirigirnos a las húmedas tierras altas de la isla Santa Cruz. Como de costumbre, nuestro día giró en torno a las tortugas, pero en lugar de una larga caminata para llegar a los sitios de anidación, optamos por la comodidad de los ranchos turísticos donde se pueden encontrar estanques y pozas.
Estas pozas han despertado recientemente el interés del Programa de Ecología del Movimiento de Tortugas de Galápagos (PEMTG). Pero ¿por qué nos interesa saber cómo usan las tortugas los estanques en Santa Cruz? ¿Qué puede ser tan emocionante y por qué las tortugas pueden ser consideradas como los hipopótamos de las Galápagos? Una razón es que las tortugas son ingenieras de los ecosistemas, es decir, organismos que pueden influir enormemente en las zonas en las que habitan. Otra motivación es que no sabemos cuánto “fertilizante gratuito” -en forma de orina y heces- mueven las tortugas. Esto puede ser importante en pozas que suelen ser utilizadas por las tortugas, ya que mueven nutrientes de los ecosistemas terrestres a los acuáticos. En este sentido, es muy similar a la influencia del hipopótamo en su ecosistema, que se ha denominado la "cinta transportadora" de los ecosistemas terrestres a los acuáticos. Todos los días, miles de hipopótamos se alimentan de los pastizales y luego defecan toneladas de nutrientes (en forma de material vegetal parcialmente digerido) en las pozas poco profundas donde entran para refrescarse. Esta entrada masiva de fertilizantes puede estimular el crecimiento de plantas e insectos y cambiar el nivel de oxígeno del agua. ¡Las tortugas en las Galápagos podrían estar haciendo algo muy similar!
Una de las pocas referencias conocidas sobre este proceso provino del diario de Charles Darwin, en el que el entonces joven naturalista describe a una tortuga de Galápagos bebiendo de un estanque de este tipo en la isla Santiago. Aunque parezca increíble, 186 años después se sabe muy poco sobre la vida secreta de las tortugas en las pozas.
En 2019 nos planteamos un proyecto de investigación que analice este aspecto de la vida de las tortugas: sus interacciones con las pozas. Para empezar, dejamos caer una sonda que mide la calidad del agua en nuestra primera poza, poco antes de las 8 am. Esto nos permite comprender cuánto oxígeno hay en el agua, conocer su pH, es decir, qué tan ácida o alcalina es el agua, y conocer otros parámetros relacionados con la calidad del agua, como la salinidad. A través de nuestras mediciones, aprendimos que el agua tenía una temperatura de 23°C y aproximadamente un 30% de concentración de oxígeno disuelto. La concentración de oxígeno es un parámetro crítico para evaluar la calidad del agua, ya que varias larvas de insectos (como las libélulas, a las que los biólogos llaman ninfas) necesitan grandes cantidades de oxígeno para sobrevivir. Curiosamente, durante nuestro muestreo, capturamos y almacenamos una larva de insecto coprófago en ese estanque, ¡usando una bolsa Ziploc! Esto significa que este invertebrado depende de la "caca" de animales más grandes para su alimento, muy probablemente de tortugas gigantes. También recolectamos agua del estanque en diferentes botellas para futuros análisis de laboratorio, con el objetivo de identificar los niveles de clorofila, así como las concentraciones de nitrógeno total, fósforo total y carbono disuelto.
Con un método simple pero efectivo recolectamos el barro que está pegado al caparazón de las tortugas, raspándolo con una cuchara de plástico. Llevamos el barro a nuestro laboratorio en la Estación Científica Charles Darwin y lo dejamos secar en un horno. ¡De esta manera nos enteramos de que una gran tortuga macho con 141 cm de longitud de caparazón llevaba 464 gramos de lodo seco encima, transportándolo del interior al exterior de nuestra poza de estudio! Este es otro ejemplo de cómo las tortugas pueden modificar su entorno. Si bien un solo viaje puede parecer no representar mucho, miles de tortugas que mueven tales cantidades de lodo semanalmente, pueden escalar hasta varias toneladas de lodo removidas y desplazadas por año y, por lo tanto, pueden alterar y diseñar nuevas pozas a medida que avanzan.
Esta investigación en curso está evaluando cómo las tortugas usan las pozas, tanto en los ranchos turísticos como en las pozas naturales, principalmente dentro de las áreas del Parque Nacional Galápagos. También se conoce que durante la estación fría-seca, algunos propietarios de los ranchos turísticos pueden llenar sus estanques con agua salobre para evitar que se sequen mientras que algunos estanques naturales, sin ese tratamiento, se secan de manera intermitente o completa durante este tiempo.
Entre los desafíos que enfrentamos actualmente durante la pandemia de COVID-19, se encuentra el envío de las muestras de las pozas al laboratorio de la Dra. Amanda Subalusky, nuestra colaboradora en Florida, EE. UU. Este paso es necesario para cuantificar los isótopos estables en nuestras muestras y para analizar cuánto "fertilizante" mueven las tortugas de las redes alimentarias terrestres a las acuáticas. El siguiente paso en este proyecto involucrará el uso de cámaras trampa para determinar cuántas tortugas visitan las pozas y cuánto tiempo pasan en estos sitios durante todo el año. ¡Esperamos poder compartir emocionantes descubrimientos muy pronto!