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1965-1970: días de descubrimiento, fortalecimiento institucional, comienzo de la crianza de tortugas, diseño turístico y primeros guardaparques

22 Jul 20 /
La casa del director y el edificio del laboratorio en la década de 1960

Después de terminar sus estudios de maestrías, muy pocos estudiantes de biología han tenido a su profesor universitario y tutor (en mi caso Prof. K. H. Voous)  llamando a su oficina para decirles: "La UNESCO necesita un ecologista en Galápagos y creo, Tjitte, que eso es algo para ti".

Así fue se presento mi oportunidad para viajar a Galápagos. Luego, empezó mi confrontación con la burocracia y la información que yo buscabo no llegó mucho más allá del libro de Beebe: Galapagos, World’s End. Pasé por la sede de la UNESCO en París y conocí al Prof. Jean Dorst, el entonces Presidente de la FCD, quien me dio las noticias más actualizadas de la Estación Científica Charles Darwin. Después, abordé un avión hacia Quito, llegué con un teléfono oficial de la UNESCO para anunciar mi llegada. Un taxi llegó y un simpático conductor me llevó al Hotel Embajador, en esos momentos se veían muy pocas casas al norte de la Avenida Colón.

No había noticias disponibles del transporte que me llevaría a Galápagos: "posiblemente pasó un mes, más o menos, hasta que tuve información". Así eran los tiempos en los años 60. En cuanto a la ciencia, don Cristóbal Bonifáz me aconsejó, con una agradable cena en su casa, que me pusiera en contacto con el Prof. Gustavo Orcés, zoólogo y director del museo de la Escuela Politécnica Nacional, con el botánico Dr. Acosta Solís, quien tenía una amplia biblioteca en la calle Manabí, y con el Dr. Plutarco Naranjo, entonces director de los Laboratorios Life en la Avenida de la Prensa.

Estos tres ilustres hombres me informaron sobre la ciencia y la conservación en el Ecuador. Cuando finalmente, tuve respuesta sobre el transporte a Galápagos abordé "el primer tren de la mañana" a las 6:00 am, que iba de Quito a Guayaquil (Durán), un viaje de 12 horas con magníficos paisajes.

En Guayaquil, después de una semana, el barco “Cristóbal Carrier” partió en un viaje de cinco días y al llegar a Santa Cruz fui recibido por Edgar Pots con las sorprendentes palabras "En meneer de Vries heeft u een goede reis gehad?" (Y Sr. de Vries, ¿tuvo un buen viaje?), su suave 'g' en su acento, indicaba su origen flamenco. Enseguida me sentí como en casa en la Isla de Santa Cruz, viviendo así los primeros años en la casa de verano de la Sra. Horneman, cerca de la playa de la Estación. Esta pequeña y bonita casa de campo fue más tarde derribada y reemplazada por un edificio bastante feo llamado FitzRoy Palace por Ole Hamann.

My house at the beach in the 1960s
Mi casita en la playa en los 1960s

Los mediados de los años 60 todavía era un tiempo para la exploración y para obtener información sobre el tamaño poblacional de las tortugas, flamingos, pingüinos, cormoranes no voladores y de realizar censo a los albatros. Se recogieron los huevos de la tortuga de la isla de Pinzón y se colocaron en incubadoras en la Estación, y con Roger Perry, Miguel Castro y Camilo Calapucha buscamos las últimas tortugas de Española para llevarlas al centro de crianza de la Estación Científica.

Se establecieron las primeras parcelas de vegetación permanente, más tarde ampliadas por Ole Hamann y Henning Adsersen. Mike y Rosalie Harris estaban allí para estudiar las aves marinas y todos formamos una bonita familia en la Estación junto con David y Debby Clarke, Henk y Nita van der Werff, Jerry y Pat Wellington, Guy Coppois y otros, tomando el café de las 10:00 en el comedor de la playa y almorzando alrededor de las 12 con Jhonson diciendo "coman hombres coman". Por la tarde a las 17:00 teníamos una hora de diversión jugando voleibol, en el arenal frente a donde más tarde se construyó la nueva casa del director.

Cuando ahora leo los artículos científicos sobre los resultados de las aves marinas, las ratas introducidas, la vegetación, la oceanografía y los caracoles terrestres, vuelven los momentos de alegría y amistad. Este tiempo fue también un momento para escuchar y aprender las experiencias de los primeros colonos, los Rambech, Kasdalen, Angermayer y Carlos Kübler explorando las cuevas de lava.

Carlos Kübler and Roger Perry in a cave in Santa Cruz
Carlos Kübler y Roger Perry en una cueva en Santa Cruz.

El Beagle II llegaría en esos días y fue en el principio de gran ayuda para visitar las otras Islas, pero con el tiempo se convirtió en un dolor de cabeza por el mantenimiento que demandaba.

Que la Estación estuviera dirigida con Roger Perry al timón, Rolf Sievers (luego del periodo de Edgar Pots como gerente), Roberto Schiess, Miguel Gallardo, Carlos Robalino, Abraham Rosero como carpintero y don Ramos en lo logístico fue realmente asombroso. Fueron tiempos increíbles, que se pueden ver sus frutos cuando en lugar del edificio del taller se encuentra hoy una linda sala de exposiciones.

Pasé muchas noches con Roger coleccionando polillas (mariposas nocturnas) frente a la puerta del edificio del laboratorio, muchas de las cuales fueron determinadas por Alan Hayes en el Museo Británico de Historia Natural, así fue como Roger y yo nos unimos como un gemelo siamés: Utetheisa perryvriesi.

En su libro "Island Days" Roger Perry describe a los visitantes de la Estación: "Fueron los científicos visitantes, individualistas todos ellos a su manera, los que nos proporcionaron compañía, diversión, iluminación y, en gran medida, la justificación científica para la existencia de la estación". Por ejemplo, una científica que quería atravesar la isla Santa Cruz pasando por su cumbre, partiendo de una de sus playas del norte, y llegar a la Estación haciendo el desenso por Bellavista (sin un propósito científico), no tuvo mi apoyo; porque yo había hecho con Chappy pocos días antes la travesía desde la Bahía Ballenas hasta Santa Rosa, por lo que conocía las grandes dificultades que podrían aparecer en el camino. Por suerte, ella nunca llegó más allá de buscar, a rodillas, en la playa su brújula.

En eso primeros años tuvimos un tiempo muy ameno, pero también enfrentamos problemas: los pescadores de San Cristóbal protestaron cuando la Estación comenzó a cazar chivos en Española, tuvimos disputas fronterizas con colonos en la parte alta de la isla, en donde se fijaron los límites del Parque, desarrollo turístico con un Informe de Grimwood-Snow y visitas de Eduardo Proaño de Metropolitan Touring y Lindblad Travel, este último que venía por primera vez con el buque SS Navariño.

Juan Black y José Villa fueron los primeros guardaparques, trabajando para el Parque Nacional Galápagos, pagados el primer año por Lindblad, al mismo tiempo que se conocía cada vez más la flora y la fauna, y el programa de tortugas tenía éxito con la eclosión de tortuguitas, y se hacían los preparativos para tratar de controlar a los animales y plantas introducidas. Más detalles de los problemas y esfuerzos están disponibles en los primeros números de 'Noticias de Galápagos', en los más de 20 Informes Científicos y de Conservación escritos por Roger Perry sobre una vieja máquina de escribir Olivetti, así como en la interesante lectura de su libro "Island Days".

Penguinsquare
Andres Cruz

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