En agosto de 2022, estábamos a punto de iniciar la última mesa de trabajo sobre la pesquería del pepino de mar en el proceso de actualización del Calendario Pesquero, que es el plan de manejo pesquero de la Reserva Marina de Galápagos. El pepino de mar es la pesquería más valiosa de Galápagos y puede generar casi tres millones de dólares americanos en menos de un mes de pesca. Sin embargo, la única especie de pepino de mar que se captura en Galápagos, Isostichopus fuscus, es muy vulnerable a la sobreexplotación y, desde 2016 hasta 2020, se prohibió su captura durante cinco años con la finalidad de recuperar este recurso.
Durante este tiempo, en el Proyecto Interdisciplinario de Pesquerías de la Fundación Charles Darwin, evaluamos el sistema de manejo para esta especie para recomendar acciones que permitan su recuperación. Descubrimos que Galápagos es el lugar que cuenta con la mayor cantidad de datos de pepino de mar en el mundo. Más de 20 años de monitoreo subacuático y en muelles nos llevaron a considerar la aplicación de nuevas metodologías para conocer la salud de esta especie. Publicamos dos artículos científicos, uno que actualiza la metodología para saber cuántos pepinos de mar hay en Galápagos y otro que propone un cambio en el sistema de manejo para esta especie, hacia uno que utiliza un modelo matemático que permite conocer el estado de salud de la población de pepino de mar en Galápagos actual y a futuro, y recomienda la cantidad de pepinos que es posible extraer sin dañar a la población.
Llegamos a esta última mesa de trabajo de pepino de mar del Calendario Pesquero con mucha expectativa y nerviosismo, ya que íbamos a proponer este cambio en el sistema de manejo. No sabíamos cómo iban a reaccionar el gobierno y los pescadores al modelo matemático que íbamos a proponerles. Veníamos de una reunión del mes pasado sobre peces costeros en la que no logramos acordar medidas de manejo para el Mero de Galápagos. Fue una reunión muy tensa y difícil. Por esta y otras experiencias, sabíamos que debíamos de comunicar nuestra propuesta de modelo de manera transparente, caso contrario generaríamos confusiones y provocaríamos conflictos como ha sucedido anteriormente. Preparamos una presentación muy lúdica sobre el pepino de mar, que mostraba todas las gráficas que arroja el modelo matemático. Escogimos la que resultaba más fácil de entender, la cual tenía colores de semáforo que explicaban cuándo la población está saludable y cuándo no. Respiramos profundamente e iniciamos nuestra presentación sobre el pepino de mar ante el grupo de trabajo.
Todos los ojos estaban fijos en las diapositivas. Al principio, los participantes no mostraban reacción alguna, por lo que no podíamos saber claramente qué pensaban de lo que veían y escuchaban. Sin embargo, teníamos toda su atención. Finalmente, cuando llegamos a la gráfica de colores de semáforo, hubo expresiones de emoción, algunas sonrisas y algunos se voltearon para murmurar. No fue necesario explicar mucho, ya que la imagen contaba una buena historia con la que todos los presentes nos sentíamos orgullosos. El semáforo era verde. ¡Habíamos logrado recuperar el pepino de mar de Galápagos! El modelo claramente mostraba cómo la abundancia de pepino de mar colapsaba en el año 2006 y poco a poco se iba recuperando hasta que finalmente, gracias a la veda de cinco años acordada por todos, el pepino de mar pasó a estar en un estado saludable en 2021 y 2022.
La emoción en la sala se hizo evidente, especialmente entre los pescadores. Un pescador de la isla Isabela comenzó a explicar la gráfica a sus compañeros para aclarar algunas dudas. Durante los grupos de trabajo que se formaron para analizar la pesquería de pepino de mar, no dejamos de utilizar el modelo para predecir el futuro del pepino de mar con las muchas sugerencias que surgían. "¿Qué pasa si no ponemos cuota?" preguntaban algunos pescadores. "¿Cuántos más pepinos habrá si no capturamos el recurso?" preguntaba una guardaparque. Era evidente que tanto los pescadores como el gobierno aceptaban utilizar esta nueva metodología para conocer el estado del pepino de mar en Galápagos y tomar decisiones sobre si abrir o no la pesquería cada año y cuántos pepinos se podrían capturar. Cuando se hizo la pregunta de "¿Quién no está de acuerdo en cambiar el sistema de manejo para el pepino de mar de Galápagos?" nadie respondió.
Este ha sido uno de los mayores logros del Proyecto Interdisciplinario de Pesquerías de la FCD. Conseguimos transmitir la ciencia para que los pescadores y el gobierno se sintieran parte de ella y, finalmente, se convirtiera en la toma de decisiones para la política pública en las pesquerías de Galápagos. Algo pocas veces visto. Un compañero nuestro dijo al salir de esta reunión: "¡Fue increíble! Nunca había visto que la ciencia se convirtiera sin mayores contratiempos en la toma de decisiones y por consenso". Todos salimos de esa reunión con una gran sonrisa en nuestras caras.