La pesca artesanal dentro de la Reserva Marina de Galápagos (RMG) es más que una fuente de ingresos: es el sustento de más de 500 familias y una parte esencial de la cultura de las islas, incluyendo su influencia en hoteles, cruceros, restaurantes y el abastecimiento de alimentos para la población local. Sin embargo, esta tradición vital enfrenta una creciente presión debido a los impactos combinados de El Niño y el cambio climático, que amenazan la biodiversidad marina y la economía local. Basándonos en las ideas de la reciente publicación científica "Una visión general de los impactos socio ecológicos del fenómeno de El Niño-Oscilación del Sur y el cambio climático en la pesca artesanal en Galápagos", coescrita por nuestro investigador principal Jorge Ramírez, exploramos cómo estas amenazas afectan a las pesquerías locales y qué acciones son necesarias para asegurar un futuro más sostenible.
El Niño y su Impacto en la Pesca
El Niño es un patrón climático natural que calienta las aguas del océano Pacífico, alterando el clima y los ecosistemas marinos al reducir los nutrientes y modificar los hábitats. En Galápagos, eventos pasados de El Niño, como los de 1982/83, 1997/98 y 2015/16, provocaron cambios significativos. Las aguas más cálidas y con menos nutrientes afectaron la vida marina, causando la disminución de especies como el mero de Galápagos y la langosta espinosa, mientras que otras, como especies invasoras, se hicieron más abundantes. Estas últimas se ven beneficiadas, especialmente las de zonas áridas o secas, como Philornis downsi, que necesita abundante agua para sobrevivir en las islas áridas. Si bien los efectos negativos de estos patrones climáticos extremos en los esfuerzos de conservación están ampliamente documentados, no se pueden subestimar los impactos en la productividad pesquera y las comunidades locales que dependen de ella.
Cambio Climático, Pesquerías y Gobernanza
Como destaca la investigación, el cambio climático intensifica los efectos de El Niño, agravados por el aumento de las temperaturas del mar, la acidificación de los océanos y los cambios en las corrientes. Estas importantes alteraciones afectan los ciclos reproductivos y los patrones migratorios de varias especies de peces, generando incertidumbre para los pescadores. A medida que los recursos se vuelven más escasos, los pescadores deben aventurarse más lejos, incrementando los costos operativos y reduciendo las ganancias, lo que pone en peligro su sustento.
Además de los desafíos ambientales, la débil gobernanza y la sobrepesca han ejercido una mayor presión sobre las pesquerías artesanales. Sin un conjunto sólido de políticas para gestionar estas alteraciones, el riesgo para los ecosistemas marinos y la industria pesquera aumenta significativamente. Por ello, nuestros investigadores argumentan que es crucial un cambio hacia la gestión basada en ecosistemas.
Esta gestión va más allá de regular las actividades pesqueras; adopta una visión holística de todo el ecosistema marino. Este enfoque considera las complejas relaciones entre las especies marinas, sus hábitats y las actividades humanas como la pesca. Al tener en cuenta estas interacciones, busca garantizar prácticas pesqueras sostenibles, mantener ecosistemas saludables y proteger la biodiversidad. “Esta estrategia integrada es esencial para abordar los desafíos combinados del cambio climático, El Niño y la sobrepesca, asegurando la salud a largo plazo de la Reserva Marina de Galápagos y los medios de vida que sustenta”, afirma Jorge Ramírez.


Estrategias para un Futuro Sostenible: Colaboración y Educación
En este contexto, mejorar la resiliencia y la capacidad de adaptación de las comunidades pesqueras se ha convertido en una prioridad. Esto incluye capacitar a los pescadores en habilidades para medios de vida alternativos, implementar enfoques basados en evidencia para la gestión de ecosistemas y fomentar la colaboración entre el conocimiento local y la investigación científica. “También es vital que los pescadores se empoderen para participar activamente en la toma de decisiones y en la mejora de los sistemas de gobernanza, para que tengan control sobre el proceso y su futuro”, añade Jorge.
La colaboración entre gobiernos, investigadores y comunidades locales, junto con la inversión en investigación local, también puede ayudar a desarrollar estrategias prácticas para enfrentar los impactos del cambio climático y El Niño. Estas acciones buscan apoyar las pesquerías sostenibles y los medios de vida que sostienen en Galápagos.

Conclusión
El futuro de las pesquerías artesanales de Galápagos depende de abordar los desafíos climáticos y ecológicos con un enfoque integral. Solo a través de la gestión basada en la resiliencia, la sostenibilidad y la participación activa de la comunidad se podrá garantizar que la pesca siga siendo una fuente de sustento y orgullo para las comunidades. Lograr esta visión requerirá una colaboración activa y un compromiso de todas las partes interesadas para mantener el equilibrio entre los seres humanos y el océano, asegurando un futuro más sostenible para las Islas Galápagos.