---Nota de prensa--- Durante la corta temporada de campo, debido a la pandemia por COVID19, realizada a inicios del 2020 en Playa Tortuga Negra, Isla Isabela, los científicos y científicas de la Fundación Charles Darwin (FCD) encontraron 14 parejas anidadoras de pinzones de manglar (Camarhynchus heliobates). Entre ellas, se identificó a un pinzón de manglar macho, que fue anillado en diciembre del 2006. Este pinzón fue registrado nuevamente después de algunos años de no ser visto en su territorio. Se lo pudo observar cantando y construyendo un nido, junto a una hembra criada en un nido que había sido tratado con insecticidas en el 2018, como estrategia para proteger a aquellos polluelos de posibles impactos del parasitismo de la mosca invasora Philornis downsi.
Francesca Cunninghame, científica de la FCD y líder del proyecto de conservación del Pinzón de Manglar mencionó: “Estuvimos muy felices de verlo nuevamente, sobre todo considerando que tiene más que 14 años de edad” y añadió “durante el monitoreo del 2020, pudimos constatar la presencia de cuatro nidos que contenían huevos, así como el registro de cinco nidos conteniendo polluelos, y cinco nidos que, lamentablemente, habían fracasado temprano en la temporada debido a varios factores”.
Los pinzones de manglar, en especial los polluelos, dependen de las visitas anuales del equipo de científicos y científicas, para sobrevivir. Esto debido a que tanto los nidos como los polluelos necesitan de las inyecciones de insecticida en la base del nido, para disminuir el efecto negativo de las larvas de la mosca Philornis downsi en los polluelos.
Adicionalmente, junto con un guardaparque de la Dirección del Parque Nacional Galápagos, se realizaron acciones de control de ratas, en la zona del hábitat reproductivo del pinzón de manglar.
A inicios de marzo 2020, el equipo de investigación tuvo que suspender sus actividades de trabajo de campo, debido a la emergencia sanitaria por covid19, lo que obligó su salida del sitio de estudio, aun faltando cinco semanas para finalizar el trabajo planificado para la temporada 2020. Esto causó que algunas actividades de conservación fueran suspendidas, como por ejemplo, el tratamiento completo de inyecciones con insecticida y las acciones complementarias de alimentación suplementaria, ambas necesarias para aumentar la sobrevivencia de los polluelos. Otras actividades que no pudieron completar fueron el monitoreo poblacional anual, el monitoreo de la línea base de la salud del bosque de manglar, así como de los ensayos de alimentación suplementaria para la población adulta.
“La pandemia por covid19 está permitiendo a la naturaleza respirar un poco y está dando espacio nuevamente a la vida silvestre. Pero, en el caso de los pinzones de manglar, los efectos de la pandemia no son tan favorables para esta especie. Al igual que otras especies amenazadas, estos pinzones dependen del apoyo urgente de los seres humanos para seguir vivos.” Añadió Cunninghame.