Al vivir en un archipiélago, es común pensar que todas las personas visitan frecuentemente la playa, que nadan o que hacen snorkel como hacen muchas de las personas que visitan las islas para conocer uno de los sitios más prístinos del mundo. Sin embargo, la realidad en las Islas Galápagos es distinta. Por medio de nuestro proyecto de educación marina, nos hemos encontrado con muchos estudiantes que no saben nadar y muchos que nunca han podido observar la vida marina a través de una máscara de buceo. Al preguntar a los chicos las razones, han mencionado sobre todo que no visitan frecuentemente el mar para practicar natación, además del miedo al agua, a los tiburones y a otros animales.
El proyecto de educación marina de la Fundación Charles Darwin (FCD) empezó en el 2017 con el objetivo de involucrar a la comunidad en la conservación de los tiburones y de los ecosistemas marinos. Todos los miércoles y viernes, nos reunimos con nuestro Club de “Tibu Embajadores”, con quienes realizamos prácticas en su mayoría en el agua para aprender sobre la importancia de la conservación de los océanos y su biodiversidad a través de la exploración y la réplica de metodologías científicas para estudiar distintas especies. Al momento contamos con 50 estudiantes locales entre 12 y 17 años de distintos colegios de Santa Cruz. Como parte del proyecto, el Centro de Interpretación Van Straelen de la FCD y de la Dirección del Parque Nacional Galápagos fue renovado después de 18 años con una exhibición llamada “Mundo Marino”, que además de recibir visitantes locales, nacionales e internacionales, es utilizado como aula para complementar las actividades con los estudiantes.
Como parte de nuestro proyecto, implementamos el componente “Mañanas Marinas”, el cual ofrece a los profesores de las distintas instituciones educativas, una alternativa para realizar salidas de campo con sus estudiantes y aprender más sobre la conservación de los océanos. Estas salidas permiten a los estudiantes de 2do a 10mo grado de Santa Cruz, San Cristóbal, Isabela y Floreana, explorar diferentes ecosistemas de la isla en donde viven. Contamos con actividades base que se adaptan al requerimiento del docente para complementar los temas aprendidos en el aula enfocándonos sobre todo en tiburones, ecosistemas marinos y el impacto del plástico en los océanos. Como parte de las actividades con los chicos, hacemos un recorrido en “Mundo Marino”, vamos a la playa para hacer snorkel, identificamos especies, hacemos limpiezas costeras, exploramos los manglares y orillas rocosas, vemos documentales según el tema, entre otras.
“He vivido aquí por más de 20 años y nunca he visitado la playa La Ratonera”, nos mencionó una de las docentes y este también es el caso de muchos de los estudiantes que nos visitan.
Hasta el momento hemos recibido más de 300 estudiantes de Santa Cruz y pronto estaremos trabajando con más escuelas del resto de islas pobladas.
Al ingresar al agua, cada estudiante recibe un equipo de snorkel, llevamos boyas y quienes no saben nadar reciben una clase corta de natación para que puedan disfrutar la práctica observando peces y otros animales marinos. La experiencia de este proyecto ha sido muy enriquecedora; cuando vemos estudiantes que al principio no querían ingresar al agua pero que después de 30 minutos están gritando con emoción las características y colores de los animales que han visto, no tiene precio. Junto a los chicos hemos podido observar una gran variedad de peces, rayas, invertebrados y hasta tiburones. De igual manera con el Club de Tibu Embajadores hemos realizado varias prácticas en el agua en las que hemos podido observar una gran cantidad de especies.
Adicionalmente, nos encontramos trabajando en un proyecto que tiene como fin cambiar actitudes frente a la contaminación marina, en el que todos los estudiantes que nos visitan, los Tibu Embajadores y otros miembros de la comunidad están contribuyendo a través de las limpiezas costeras que realizamos. El plástico recolectado será utilizado para construir una escultura que reflejará el impacto que este material causa en los océanos e irá acompañada de una campaña para difundir información y soluciones a la comunidad. Es difícil hablar de conservación marina si no conocemos y entendemos la importancia de lo que existe bajo el agua y si nos exploramos sus alrededores, por eso las prácticas experienciales son esenciales para fomentar la conexión de las personas con el lugar en donde viven. Vivir rodeados del océano es sin duda un paraíso y trabajar para protegerlo es nuestra misión.
¡Gracias a la Fundación Save Our Seas, Lindblad-National Geographic y a un donante anónimo por hacer posible este proyecto!