Los ecosistemas marinos por debajo de los 200 m. de profundidad comprenden más del 90% del espacio disponible para la vida en el planeta. En las últimas dos décadas, los avances tecnológicos han facilitado las exploraciones científicas de los fondos marinos, revelando que hay mucho por descubrir. Los mares profundos poseen hábitats heterogéneos, como montañas submarinas, fosas oceánicas, cuevas marinas, ambientes hipersalinos y anóxicos (zonas con poco oxígeno). Estos hábitats sostienen una gran variedad de especies, desde microorganismos hasta tiburones de más de 4m, que se han adaptado a condiciones extremas, viviendo en oscuridad absoluta, sometidos a altas presiones y temperaturas muy frías.
La Reserva Marina de Galápagos (RMG) sostiene una vida icónica a nivel mundial, sin embargo, se sabe muy poco sobre su diversidad. Gracias a varias expediciones oceanográficas recientes, los investigadores de la Fundación Charles Darwin (FCD) están revelando poco a poco los secretos de la biodiversidad que la reserva alberga.
Recientemente tuve la oportunidad de ver y estudiar algunos de estos ecosistemas que se encuentran a más de 3400 m de profundidad, durante mi pasantía en la FCD, apoyando al equipo de investigación de montes submarinos y ecosistemas profundos. Mi rol involucró apoyar a la curación de muestras y gestión de datos, que fueron principalmente colectados durante la expedición oceanográfica de la embarcación Nautilus en el 2015. La FCD en colaboración con la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG) y la Ocean Exploration Trust, usaron un vehículo submarino no tripulado (ROV por sus siglas en inglés), explorando montes submarinos y flujos de lava. Se realizaron videos transectos y se colectaron muestras de la fauna que habitan en los fondos marinos, con el objetivo de crear la primera línea base de la biodiversidad de ecosistemas profundos.
Durante las 5 semanas de pasantías en la FCD me responsabilicé de más de 300 muestras colectadas, aprendí que investigar y describir ecosistemas desconocidos requieren de tiempo y apoyo de un equipo muy grande. Al no haber expertos locales que pueda identificar la mayoría de estas especies, este proyecto colabora con más de 20 taxónomos de diferentes países, cada uno especialista de grupos específicos de invertebrados. Me impresionó que la mayoría de muestras identificadas son nuevos registros para la RMG y casi el 25% son nuevas especies para la ciencia. Todas estas especies se encuentran dentro de las 40 millas náuticas que les pertenecen a las islas.
Ver los especímenes era muy interesante, ya que varían en todos los tamaños. Muchos se parecen a sus contrapartes de las costas someras y otros nunca antes vistos. Un grupo de organismos que me generó mayor curiosidad fueron los xenofióforos. Aunque a primera vista parecen esponjas, estos organismos están formados por múltiples células del filo foraminífera, que se agrupan formando una estructura redonda y porosa. Los xenofióforos poseen pequeñas prolongaciones que usan para capturar partículas que están en el agua para alimentarse, y facilitan la movilidad de la colonia en el sedimento y protección de su “esqueleto”(NOAA, 2005).
Aunque su estructura es muy frágil, el ROV logró coleccionar una muestra en la montaña submarina al noroeste de Darwin, asociados a zonas rocosas – arenosas, a una profundidad de 1.338 m. y una temperatura de 3º C. En los videos transectos se observaron más especies de este grupo principalmente entre 900 a 2000 m de profundidad. En algunas zonas notamos la presencia de altas densidades formando “camas” de xenofióforos. Nuestro taxónomo colaborador, experto en el filo foraminífero, el Dr. Ole Secher Tendal, identificó al menos 4 géneros diferentes que están presentes en Galápagos, entre ellos Psammina sp. indet.
El Dr. Tendal señaló que “según estas imágenes parece que los fondos marinos de Galápagos sostienen abundantes xenofióforos, lo cual es muy interesante, de gran importancia ecológica, y es de alto valor seguir estudiando estas formaciones de “camas” de xenofióforos”.
Así como los corales, los xenofióforos son creadores de microhábitats, albergando dentro de su estructura tridimensional, pequeños invertebrados marinos como estrellas de mar, anélidos y quitones (Gooday et al 2017). Además, este género de foraminíferos está siendo clasificado como bioindicador de perturbaciones en su medio, dado que el crecimiento de sus estructuras frágiles es muy lento, lo cual lo hace muy vulnerable a impactos antropogénicos como la minería marina (Watling & Auster, 2017).
Aun nos falta mucho por aprender sobre estos organismos. Hasta la fecha se desconoce su proceso de reproducción y ciclo de vida. Esto recalca el valor e importancia de los proyectos de investigación que está liderando la Fundación Charles Darwin en los ecosistemas profundos. Es de suma importancia realizar más expediciones con el fin de generar información y conocimiento sobre el estado de los ecosistemas profundos que rodean las islas. Eso permitirá a los tomadores de decisiones definir acciones de manejo con el fin de precautelar los recursos marinos de la RMG.
REFERENCIAS
Duarte, C. (2006). La exploración de la biodiversidad marina. (p. 8). Mallorca. Retrieved from www.fbbva.es
NOAA. (2005). NOAA Ocean Explorer: Xenophyophore. Retrieved April 18, 2019, from Ocean Explorer
Watling, L., & Auster, P. J. (2017). Seamounts on the High Seas Should Be Managed as Vulnerable Marine Ecosystems. Frontiers in Marine Science, 4(January), 1–4. https://doi.org/10.3389/fmars.2017.00014