La contribución del sector pesquero a la economía y a la alimentación humana ha sido demostrado ampliamente documentado. Y durante la pandemia por COVID19, no ha sido la excepción. En esta temporada, una de las actividades y sectores más importantes, para el sustento y alimento para la población humana de Galápagos, ha sido la pesca artesanal local.
Nuestros/as pescadores/as artesanales, en la región Insular, utilizan artes de pesca sostenibles que les permiten extraer el recurso, y aprovechar su uso, bajo regulaciones emitidas por parte de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG). Adicionalmente, al usar artes pesqueras que no causan impacto a otras especies como tortugas marinas, tiburones, mantarrayas, aves y mamíferos marinos, muchas de ellas especies migratorias que tienen una alta importancia para el turismo y que se desplazan por la Reserva Marina de Galápagos (RMG), contribuyen a su conservación.
Sin embargo, las especies de interés pesquero y aquellas de interés para el sector turístico en Galápagos enfrentan permanentes amenazas: como la contaminación marina, el incremento de la temperatura del agua del mar, el cambio climático, la captura incidental de animales marinos como tiburones, mantarrayas, y la pesca ilegal, no regulada, no reglamentada. Esta última, una amenaza al uso sostenible de los recursos pesqueros que se da por el no acatamiento de las regulaciones nacionales e internacionales que ordenan la actividad pesquera. Esto se evidencia en el irrespeto de ciertas embarcaciones pesqueras, nacionales e internacionales, a los marcos normativos existentes.
El 64% del océano corresponde a aguas internacionales, es decir que su jurisdicción no corresponde a ningún estado. Por ello, las actividades desarrolladas en estos espacios se acogen a la responsabilidad de quien las ejecuta y a la moral que motiva el hacer lo que es debido. Sin embargo, este es una dimensión que rigen los actos de cualquier individuo bajo el principio del libre albedrío. Por tanto, los espacios marinos en aguas internacionales son sitios en donde la captura y verificación de actividades ilegales son clave para poder tener evidencia sobre la actividad no permitida, lo que es requerido para iniciar y completar procesos legales.
Todo esto nos da una perspectiva sobre la actividad pesquera y la necesidad de que al realizarla se cumplan las leyes que la regulan.
En julio 2020, el Global Fishing Watch (GFW) identificó una flota pesquera de aproximadamente 220 barcos, localizada a 150 millas náuticas (300 km. aprox.) al sur de la RMG. La base de datos de tráfico marino y el sistema automático de identificación (AIS por sus siglas en inglés) fueron procesados por el GFW y confirmó que varias de las embarcaciones fueron identificadas como originarias de China, Panamá, Taiwán, Ecuador. Esta flota fue localizada realizando faenas de pesca en el área correspondiente a las aguas internacionales, entre la ZEE de Ecuador en las Islas Galápagos y la ZEE de Ecuador en la parte continental.
La postura del Estado Ecuatoriano ha sido la de no aceptar la injerencia de barcos pesqueros industriales en aguas internacionales, entre las ZEE de Ecuador, y la de la negociación por la vía diplomática con el Gobierno de China, para pedir que los barcos se retiren del área. En ese sentido, Ecuador logró acelerar el retiro de algunos barcos de bandera China, de esta flota internacional, que por varios meses (entre septiembre y noviembre 2020) se retiran a sus puertos de origen cumpliendo la moratoria de pesca en esta zona.
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