Escrito en colaboracion con Francesca Cunninghame.
Equipo de escalada, incubadoras y generadores con paneles solares son algunas de las herramientas que forman parte de los materiales que el equipo del proyecto de conservación del pinzón de manglar requiere para empezar la cuarta temporada de crianza en cautiverio. Esta especie se ha visto gravemente afectada por la mosca parásita Philornis downsi que se alimenta de la sangre de los indefensos polluelos al nacer. Actualmente quedan aproximadamente 100 pinzones de manglar adultos en un área pequeña en el noroeste de la Isla Isabela. El equipo de trabajo este año está conformado por cinco miembros del personal y voluntarios de la Estación Científica Charles Darwin (ECCD), cuatro miembros del Zoológico de San Diego y del Zoológico de Auckland, y guardaparques de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG).
Después de organizar y limpiar los materiales que estuvieron guardados durante ocho meses cuando la temporada previa finalizó, una parte del equipo de científicos, personal y voluntarios pasa por un proceso de cuarentena 48 horas antes de la salida al campo. Mientras tanto, el equipo del Zoológico de San Diego realiza la adaptación del laboratorio de crianza en las instalaciones de la ECCD. Esto incluye la esterilización de los equipos, las paredes, el techo, y la adecuación del laboratorio que debe mantenerse con una temperatura estable.
Después de 6 horas de viaje, el 18 de febrero el equipo que salió a la Isla Isabela llegó al bosque de manglar en donde se encuentra la única población de esta especie de pinzón en Playa Tortuga Negra. Un sitio en donde se puede encontrar mangle rojo, mangle negro, y mangle blanco, algunos de los cuales llegan a medir más de 20 metros. Para lograr identificar el sitio donde se encuentran los nidos, utilizan técnicas de observación por territorios y monitoreo de cantos, “los machos cantan cuando empiezan a anidar y si estamos a tiempo encontramos los nidos en esta fase en la que son fáciles de ubicar. Cuando la hembra empieza a incubar es más difícil encontrarlos”, dice Francesca Cunninghame, líder del proyecto. Los nidos en muchos casos se encuentran a más de cinco metros de altura en los manglares. ¡Es ahí cuando se pone a prueba las habilidades de escalada! Cuando se encuentra un sitio apropiado, se coloca el equipo con todas las medidas de seguridad necesarias, se hace una prueba y al siguiente día se hace la recolección de los nidos que fueron identificados. En total se recolectaron 8 huevos de 3 nidos.
Uno de los logros que nuestros científicos confirmaron fue la aparición de cinco pinzones criados en cautiverio en años anteriores y dos de los individuos anidando con parejas silvestres.
“La observación de pinzones criados en cautiverio sobreviviendo en estado silvestre a largo plazo y además ver dos de estos individuos reproduciéndose como parte de la población silvestre demuestra que el proyecto de crianza está llegando a la meta de aumentar el tamaño poblacional del pinzón de manglar”, mencionó emocionada F. Cunninghame.
El estado de los huevos se determina según el color, entre más oscuros, más pronto están por eclosionar. Al nacer, a los pinzones se los alimenta cada hora desde las 6 am hasta las 8 pm. Para esto, los voluntarios reciben una capacitación sobre las técnicas que se emplearán durante el trabajo de crianza en cautiverio. El cuidado de los polluelos es muy delicado por lo que solo los expertos tienen acceso a los mismos. Esta nueva temporada continuará hasta mayo y seguiremos informando el proceso que se lleva a cabo en las instalaciones de nuestra Estación Científica en Puerto Ayora. El equipo ha encontrado al área donde habitan los pinzones en un estado muy árido y se han encontrado menos parejas anidando. Se colectaron los nidos que fueron posibles y este año tenemos pocos pichones. Hasta el momento hemos tenido resultados positivos con el número reducido de aves y esperamos que en esta nueva temporada continuemos con buenas noticias sobre los esfuerzos que se llevan a cabo por la conservación del pinzón de manglar.
El proyecto del Pinzón de Manglar es un proyecto bi-institucional llevado a cabo por la Fundación Charles Darwin y la Dirección del Parque Nacional Galápagos en colaboración con San Diego Zoo Global, Auckland Zoo y Durrell Wildlife Conservation Trust. El proyecto cuenta con el apoyo del Marguerite Griffith-Jones, GESS Charitable Trust, Decoroom Limited, and Holbeck Charitable Trust, Foundation Ensemble, Amigos de Galapagos Suiza, The Prince Bernhard Nature Fund, Individual donors via the International Community Foundation, The Leona, M. and Harry B. Helmsley Charitable Trust, Galapagos Conservation Trust y la Embajada Británica en Ecuador.