Linda vino por primera vez a Galápagos en 1982 para su doctorado a estudiar el comportamiento y la ecología de las tortugas gigantes. Ese año se produjo uno de los fenómenos de El Niño más fuertes de los que se tiene registro, lo que convirtió su trabajo de campo en una lucha diaria contra la lluvia, el barro y las hormigas de fuego. Pero eso no detuvo a Linda, que era una apasionada de su trabajo.
Tras obtener su doctorado, Linda regresó a Galápagos como herpetóloga en la Estación Científica Charles Darwin, y supervisó los programas de reproducción y cría en cautividad de tortugas gigantes e iguanas terrestres. En 1998, se involucró en el Proyecto Isabela, el exitoso programa que llevó a la erradicación de cabras y cerdos de varias islas. También trabajó en la erradicación de las ratas en la isla de Pinzón, lo que llevó finalmente a la eclosión natural de las tortugas allí.
Linda no sólo se dedicaba a la ciencia, sino que comprendía la importancia de la gestión medioambiental. Ayudó al Parque Nacional de Galápagos a elaborar dos planes de gestión y desarrolló la metodología para calcular la capacidad de carga de los sitios de visita de Galápagos, basándose en una metodología desarrollada por Miguel Cifuentes.
Linda también dedicó su tiempo a formar a jóvenes conservacionistas, especialmente galapagueños, muchos de los cuales lideran ahora los esfuerzos de conservación en Galápagos.
Estaba incondicionalmente dedicada a Galápagos, a la conservación y a las tortugas gigantes, y era una colega y amiga muy querida por muchos.
Linda nos ha inspirado y seguirá inspirando cada día para luchar por la conservación de la fauna de Galápagos. Linda Cayot fue una persona inspiradora, dedicó mucho de su tiempo a las Galápagos, tanto a su fauna como a su gente, decir que se la echará de menos es quedarse corto.
Su legado será siempre recordado y estará siempre presente.
Que nuestra gran amiga y compañera descanse en paz, siempre te recordaremos con cariño.