Autor: Liliana Jaramillo, ex FCD
Durante años he dedicado mi trabajo a la conservación de plantas en áreas urbanas, sin embargo, hace algunos meses mi vida dio un giro repentino que me trajo a las islas Galápagos. Este archipiélago, a diferencia de las grandes ciudades, tiene la mayor parte de su territorio dedicado a la conservación, incluyendo únicamente sitios específicos para el desarrollo urbano en cuatro islas puntuales. Por ello, a pesar de que el cambio de escenario vivido para desarrollar mi trabajo parece tan dramático, yendo desde una selva de cemento hacia espacios naturales donde muy pocas personas han llegado (como es el sitio de estudio del proyecto Galápagos Verde 2050 (GV2050) de la Fundación Charles Darwin, al norte de la isla Isabela) en realidad, ambas experiencias tienen muchas similitudes: trabajar con la comunidad humana, entender la ecología de las plantas y desarrollar experimentos para su propagación. En este sentido, podemos decir que éstas son actividades muy importantes para la conservación de especies en cualquier lugar del mundo.
La experiencia que voy a narrar se dio en una reciente salida de campo para monitorear la única población conocida de Galvezia leucantha var. leucantha, en la isla Isabela. Desde el año 2016, el GV2050 ha realizado actividades para evitar que este arbusto único para Galápagos, desaparezca de la isla Isabela. Dentro de este proceso se ha llegado a saber que su principal amenaza son los herbívoros introducidos, como chivos (Jaramillo & Tye, 2018; León-Yánez, S., Tye, 2019), los cuales dejaron a la población de esta especie en Isabela, con muy pocos individuos. En 2005 los chivos fueron erradicados por la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG). Desde el inicio de su acción, el GV2050 tomó el reto de realizar acciones dirigidas a la conservación de esta especie, a pesar de tener una pequeña población original de sólo cuatro individuos, localizada cerca de la playa Tortuga Negra, en el oeste de la isla (Jaramillo et al., 2020). El trabajo que implica estas acciones es arduo. Por ejemplo, trasladarse a este lugar no es tarea fácil, ya que se encuentra a 150 millas de navegación desde la isla Santa Cruz, donde la Estación Charles Darwin se encuentra (Dirección del Parque Nacional Galápagos, 2016), lo que demanda de un tiempo aproximado de más de 8 horas de viaje, dependiendo de la embarcación en la que nos transportemos.
Para cumplir con este trabajo, hemos realizado varias salidas de campo, que a pesar de ser limitadas, nos han permitido avanzar hacia nuestro objetivo: contribuir a la recuperación de la población de esta especie. De hecho, luego de tres años, el número de esta pequeña población se ha incrementado lenta, pero exitosamente, en más de cinco veces su tamaño original, teniendo actualmente un número de 23 individuos, obtenidos a través de la reproducción ex situ y repatriación de estas plántulas (Jaramillo et al., 2020) desde el laboratorio hacia esta localidad inicial.
Para organizar y llevar a cabo estos viajes, contamos con medios de transporte diversos. Para lograrlo, se requiere de una estrecha colaboración interna y externa, en donde se unen esfuerzos institucionales que facilitan la movilización de nuestro equipo y la ejecución exitosa de actividades en este sitio remoto.
Para esta ocasión, viajamos tres miembros del equipo de investigación del GV2050, en una lancha rápida de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), nuestro socio más importante y entidad que siempre está dispuesta a colaborar con nuestro trabajo. Esta salida se coordinó durante uno de los viajes rutinarios que la DPNG realiza para el cambio de guardia de los guardaparques del Canal Bolívar, donde la institución cuenta con una base. El viaje de ida duró aproximadamente 9 horas, un poco más de lo estimado, debido a un par de imprevistos durante la navegación.
Durante este viaje, aprecié un lado nuevo del archipiélago. Isabela es una isla que muestra evidencias de erupciones recientes. Allí, podemos ver un territorio muy diverso, que integra flujos de lava y áreas en donde se mantiene la vegetación. En este escenario se puede apreciar el contraste de colores entre el verde de la vegetación y el negro de la lava seca. Y se puede observar los acantilados, en donde el mar no se cansa de chocar y en donde sigue dando forma a esta hermosa isla.
Una vez que nos acercamos al sitio de estudio, teníamos tiempo limitado para realizar todo lo planificado antes de que los miembros de la DPNG vuelvan por nosotros. Los imprevistos en las salidas de campo siempre surgen, y esta vez contamos con tan solo una hora para desarrollar el monitoreo y registrar el estado de la población de G. leucantha. A pesar de la prisa, no dejé de sorprenderme al llegar este lugar tan especial. Vi un área casi desnuda de vegetación, con gravilla roja, que le daba un aspecto muy especial, incluso comparable a otro planeta. Por más extraño que esto parezca, este es el suelo favorito para el crecimiento de nuestras “Galvezias” (Guzmán et al., 2017). Al llegar, en el medio de este lugar encontramos esparcidas nuestras plantitas. Nos apresuramos a medirlas y registrar todos los datos que se recogen en el monitoreo. Muchas de ellas tenían flores y tuve la sensación de que nos estaban esperando para ser apreciadas.
Durante la visita, encontramos una gran sorpresa, era una nueva plántula que había germinado naturalmente. Esto resultó particularmente interesante, sabiendo que todas las plantas jóvenes de esta población han sido germinadas en el laboratorio de la Estación Científica Charles Darwin, mismas que han sido repatriadas posteriormente. Con este descubirmiento, pensamos que la probabilidad de recuperar más individuos de esta población es mayor y así, con la alegría de ver avances, continuamos el trabajo y a medida que avanzamos, fuimos encontrando una y otra más, hasta un total de ocho nuevas plantas, creciendo naturalmente, escondidas entre grietas. Fue sorprendente ver cómo, en medio de un lugar tan agreste, esta nueva generación de plantas de la especie Galvezia leucantha, han germinado de manera natural y están creciendo fuertes y vigorosas.
Este viaje nos dio las noticias más alentadoras dentro del trabajo de conservación de una población de plantas tan pequeña. Con la sensación del deber que está siendo cumplido, terminamos las tareas de registro de las nuevas plantas y nos dimos prisa para volver al punto de embarque. En el trayecto hacia el sitio de encuentro, el atardecer nos acompañó recordándonos que el día estaba por terminar.
Pronto llegó la lancha a recogernos para transportarnos a la embarcación ‘Guadalupe River’ de la DPNG, a donde abordamos para viajar de vuelta a Santa Cruz. Aún apresurados, nos encontramos a bordo con el equipo de guardaparques quienes viajarían con nosotros de regreso, tras intensos días de trabajo. Al ser una embarcación más grande, el viaje tardó más, sin embargo, el viaje fue más cómodo. En la travesía compartimos anécdotas e historias con los miembros de la tripulación y también descansamos. El viaje duró toda la noche y madrugada. A las 6 am desperté con el sonido del ancla, arribamos a Puerto Ayora. Una travesía larga pero muy satisfactoria.
Evidenciar avances en el proceso de recuperación de una especie en peligro, me motiva a continuar mi trabajo. Saber que todavía hay muchas otras especies que han sido afectadas directa o indirectamente por actividades humanas y especies invasoras deja pendiente trabajo por hacer. Trabajar en restauración ecológica no es un trabajo fácil, requiere de planificación, constancia, mucha paciencia y fondos, por ser éste, un proceso largo y lento. Sin embargo, nos motiva pensar que nuestro trabajo contribuye a la esperanza de vivir en un mundo mejor.
El proyecto GV2050 se implementa en colaboración con la Fundación Charles Darwin y la Dirección del Parque Nacional Galápagos. El proyecto es financieramente viable gracias al apoyo de la COmON Foundation. Nos gustaría dar las gracias a los guardaparques que apoyan nuestro trabajo, y al equipo de la FCD, especialmente a María José Barragán, Isabel Grijalva, Leslie León y Patricia Jaramillo Díaz por sus aportes en la revisión del documento. Esta es solo una de las siete islas donde el proyecto GV2050 ha implementado trabajos de restauración, puede leer más sobre parte de nuestros resultados de la restauración de especies endémicas de Opuntia aquí: https://peerj.com/articles/8156/ y El Proyecto Galapagos Verde 2050 Vol. 1
Referencias
Dirección del Parque Nacional Galápagos. (2016). Base de Canal Bolívar. Oficinas y Bases Del Parque Nacional Galápagos. http://www.carlospi.com/galapagospark/institucion_bases_canal_bolivar.html
Guzmán, B., Heleno, R., Nogales, M., Simbaña, W., Traveset, A., & Vargas, P. (2017). Evolutionary history of the endangered shrub snapdragon (Galvezia leucantha) of the Galápagos Islands. Diversity and Distributions, 23. https://doi.org/10.1111/ddi.12521
Jaramillo, P., & Tye, A. (2018). Galvezia leucantha var. leucantha. In Atlas (pp. 64–66).
Jaramillo, P., Tapia, W., Negoita, L., Plunkett, E., Guerrero, M., Mayorga, P., & Gibbs, J. (2020). The Galapagos Verde 2050 Project (Volume 1).
León-Yánez, S., Tye, A. (2019). Galvezia leucantha. Libro Rojo de Plantas Endémicas Del Ecuador. https://bioweb.bio/floraweb/librorojo
Plunkett, E. (2020). Saving a species from the brink of extinction: Galapagos Verde 2050. https://www.darwinfoundation.org/en/blog-articles/578-saving-a-species-from-the- brink-of-extinction-galapagos-verde-2050
En 2005 los chivos fueron erradicados por la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG).