Entre octubre y diciembre de este año, más de 1000 estudiantes de Santa Cruz, Isabela y San Cristóbal participaron en la iniciativa “Mañanas Marinas” de la Estación Científica Charles Darwin, uno de los componentes de nuestro proyecto de educación marina que se lleva a cabo en Galápagos con la participación de las distintas instituciones educativas. Los estudiantes junto a sus profesores realizan salidas de observación junto a nuestro equipo para aprender más sobre los ecosistemas marinos del archipiélago en el campo. No se puede cuidar lo que no se conoce, por eso el objetivo de esta iniciativa es invitar a la comunidad a visitar la playa con mayor frecuencia para entender mejor la importancia de proteger los océanos y su biodiversidad.
El programa en Santa Cruz consiste en un recorrido por el Centro de Interpretación Van Straelen y la actual exhibición Mundo Marino, en donde los chicos aprenden a mayor profundidad sobre los tiburones, manglares, especies marinas invasoras y el impacto del plástico en los océanos. Después, nos dirigimos a la playa “La Ratonera” en donde se pueden observar distintos manglares, invertebrados que viven en las orillas rocosas, peces y una gran cantidad de aves como fragatas, pinzones y piqueros de patas azules. Siguiendo la línea que marca la marea más alta de las playas de esta área, se pueden encontrar plásticos de distintos tamaños que entre todos recogemos para limpiar la playa y analizar cómo podemos evitar la contaminación marina en nuestro día a día.
Isabela, la isla más grande del archipiélago, recibió la denominación de sitio RAMSAR en el año 2002 por su gran extensión de humedales. Estas áreas albergan una gran cantidad de vida que incluye peces, tortugas marinas, pelícanos, invertebrados, iguanas marinas, entre otros. Junto a los estudiantes de las escuelas Odilo Aguilar, Jacinto Gordillo y Stella Maris visitamos los humedales ubicados camino al muro de las lágrimas, en donde los estudiantes debían identificar todas las especies terrestres y marinas durante el recorrido por lagunas costeras y la playa del amor hasta llegar a nuestra parada final, “El Estero”. En este lugar, analizamos los roles ecológicos de las distintas especies y los chicos pudieron disfrutar de un refrescante baño rodeados de manglares y acompañados de un lobo marino que estuvo presente todos los días de actividades. Por las tardes, fuimos a “Concha de Perla” junto a estudiantes mayores, en donde hicimos snorkel y pudimos observar una gran cantidad y variedad de vida marina.
“Los profesores han reconocido la importancia de las actividades de educación marina realizadas en el campo porque estas permiten conectar a los estudiantes con su entorno. Ellos, además expresaron su deseo de seguir participando en el programa el próximo año escolar”, dijo Ernesto Bustamante, Coordinador de Enlace de la FCD en Isabela.
San Cristóbal por su lado, cuenta con varios ambientes marinos, pero decidimos llevar a los estudiantes a “La Lobería”, un sitio de visita al cual personalmente lo denomino como un acuario natural. Este lugar es hogar de una gran cantidad de peces como damiselas cola amarilla, viejas, peces loros, peces bandera, tortugas marinas y una gran cantidad de lobos marinos. A todos se les entregó un visor con snorkel y una boya a quienes tenían dificultades para nadar.
“¡Profe! Hay tantos peces y tortugas en el agua”, gritó con emoción uno de los estudiantes. Durante la actividad, disfrutamos de una gran visibilidad, identificamos especies y al salir del agua pudimos hablar más sobre los distintos ambientes marinos que se pueden encontrar en las Islas Galápagos y su importancia tanto para los animales y plantas, como para las personas.
La experiencia en el agua haciendo snorkel ha sido sin duda un componente que además de generar emoción en los chicos, nos ha ayudado a que puedan visualizar la importancia de comprometernos como comunidad a cuidar el lugar en donde vivimos. Ver una tortuga comiendo algas y nadando en un libro no es lo mismo que verla personalmente, al igual que poder nadar con tiburones punta blanca o nadar con lobos marinos mientras hacen piruetas en el agua; y en Galápagos tenemos la suerte de vivir en un lugar que, al estar protegido, nos permite disfrutar de estas experiencias. Próximamente estaremos en Floreana para seguir enseñando a más personas sobre la conservación de los océanos y esperamos que poco a poco a través de los estudiantes, profesores y padres de familia que han participado podamos motivar a más personas a que se unan a los esfuerzos de conservación de nuestro archipiélago.
¡Gracias a la Fundación Save Our Seas por su incondicional apoyo a nuestro proyecto de educación marina!