Arribé el 28 de Febrero a Baltra lleno de expectativas y (lo admito) nerviosismo. Era mi primera experiencia laboral y no sabía qué esperar, qué hacer, cómo actuar, un sin número de incógnitas se apoderaron de mi mente aquel domingo. Pero recibí un correo inusual con remitente Kelsey Bradley, quien sería mi jefa, presentándose con mucha amabilidad e informándome sobre proyectos que tenía en mente, en ese instante me daría la seguridad que al lugar donde llegaría me esperaban con los brazos abiertos, y no me equivoqué.
Mi trabajo consistió en asistir a Kelsey, quien está a cargo del departamento de “Recaudación de fondos y Relaciones con donantes”, redactando cartas para donantes, analizando programas de membrecías, creando publicaciones para las redes sociales, y en cualquier actividad donde se necesitara mí ayuda. Cabe recalcar que me hallaba en una de las mejores oficinas, con vista al mar, sonido de las olas, James y Kelsey (dos aves) entrando a cada instante. Maravilloso.
A medida que los días fueron transcurriendo me sorprendía más la amabilidad con que se responden cada correo y llamada telefónica. Las frases “Muchas gracias”, “Te agradecería mucho”, “Gran trabajo”, nunca estaban de más. Sin duda sentí que trabajaba en un gran lugar con la mejor jefa.
Trabajar como voluntario de la FCD ha sido una las mejores experiencias que he vivido, suficiente es que sea en Galápagos, pero sobre todo el ambiente laboral en la FCD es increíble y querrás quedarte para siempre.
Estar lejos de tu familia afecta pero en Galápagos siempre hay algo que hacer y alguien a quien conocer. Bucear, nadar con tortugas, viajar a otras islas y conocer sus especies, caminar por el muelle en la noche, ver partidos de vóley en el puerto son un ejemplo de las muchas actividades que se me ocurren. ¿Te imaginas? Trabajar en un grandioso lugar y cuando termina tu jornada laboral puedes hacer tantas actividades que no podrías hacer en ninguna otra parte del mundo. Ocho semanas se fueron de inmediato y ahora quisiera pasar dieciséis más.
Mi consejo para los futuros voluntarios es que estén dispuestos a nuevas experiencias. Galápagos es un lugar increíble por sus especies y paisajes pero sobre todo por la gente, la camaradería se siente por doquier y es lo que más me gusta de Galápagos. Entonces, no duden un solo segundo en venir. Como dije, acá siempre hay algo que hacer y alguien a quien conocer.