--- Nota de Prensa ---
Durante el último monitoreo del pequeño pájaro brujo en la isla Santa Cruz realizado por científicos de la Fundación Charles Darwin (FCD) y guardaparques de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), se reportó seis nuevos polluelos que salieron de sus nidos y que se han incorporado a la población. Estas aves y sus padres están prosperando en parcelas y sitios del parque nacional donde guardaparques y científicos hacen restauración de su hábitat y control de la mosca parasitica de nidos (Philornis downsi).
“Estos resultados son alentadores para la conservación de estas aves que están desapareciendo de la isla Santa Cruz” menciona Birgit Fessl coordinadora del proyecto Conservación de Aves Terrestres de la FCD.
“Se evidencia que en esta temporada de anidación se registran 6 nuevos pájaros brujos lo que prevé que las acciones implementadas en la zona están siendo efectivas para la recuperación de la especie” dijo Danny Rueda, Director del Parque Nacional Galápagos.
Información general
El pequeño pájaro brujo es un ave endémica que se encuentra en ocho islas grandes de Galápagos. Es una de las aves más carismáticas y coloridas, los machos tienen un plumaje rojo muy brillante en el pecho/cabeza y con plumas negras en el dorso y las hembras tienen plumaje color café chocolate en el dorso y amarillo cremoso en el pecho.
Algunas de las poblaciones del pequeño pájaro brujo se han visto amenazadas debido a la alteración de su hábitat y el impacto de la mosca invasora parásita Philornis downsi. En la isla Santa Cruz se estima no más de 40 parejas reproductoras. Por este motivo, el proyecto bi-institucional de Conservación de Pequeñas Aves Terrestres de la FCD y la DPNG trabaja para mitigar estos impactos y permitir que sus poblaciones prosperen nuevamente.
Manejo y acciones
Desde finales del 2018 la FCD y la DPNG iniciaron un proyecto experimental para la restauración del hábitat y control de especies introducidas, y, de esta manera mitigar el impacto sobre el pequeño pájaro brujo.
Se realiza la restauración del hábitat en 6 parcelas experimentales, removiendo plantas invasoras/agresivas como mora y sauco que cubren el suelo y bloquean el crecimiento de plantas nativas y endémicas. Además, se realiza control de roedores y de las larvas de Philornis downsi. Estas larvas pasan el día en la base del nido y se adhieren a la piel de los polluelos durante la noche para alimentarse de su sangre. Para eliminar las larvas, se utiliza un tubo extensible de hasta 6 metros con una jeringa plástica en su punta y con presión neumática y con mucho cuidado se inyecta un larvicida en la base del nido.
Monitoreo de nidos y colecta datos
La temporada de anidación de esta ave, está influenciada por la época de calor y lluvia que va desde enero a mayo. Durante esos meses los científicos salen al campo 5-6 días a la semana para buscar nidos, anillar aves para ver sus movimientos, determinar su supervivencia, ver qué tipo de alimento prefirieren y hacer seguimiento detallado de sus nidos como número de huevos o polluelos. Las jornadas de monitoreo van desde las 5h30 am hasta 1 pm y caminan un promedio de 4 km y lo máximo 10 km por día.
David Anchundia, científico de la FCD, mencionó: “El trabajo de campo es arduo pero nuestro equipo bi-institucional se enfoca en la conservación de las aves de Galápagos y estamos seguros de que esta especie se va a recuperar y que en un futuro vamos a poder ver otra vez a los pajaritos rojos volando por todas las partes altas de Santa Cruz.”
Por el momento existen seis nuevos volantones en esta temporada aprendiendo a cazar insectos y siguiendo a sus padres. La meta deseada es que esta nueva generación se integre a la población reproductora del próximo año y que la población siga aumentando.
“Debido a la emergencia sanitaria producida por el Covid-19 las actividades de investigación se han paralizado y no es posible seguir monitoreando nidos y colectando más datos. Pero cuando termine la emergencia visitaremos los territorios de las aves para confirmar si más volantones salieron de los nidos que protegimos” añade Anchundia.
El equipo ha confirmado que a las aves les gusta los sitios restaurados, libres de plantas invasoras. Este año se observaron 5 de 6 parcelas ocupadas activamente por las aves para alimentarse y anidar, incluso hay competencia entre ellas por estos sitios. Este es el primer año que se está evaluando estas medidas y si se obtienen resultados positivos se continuará la réplica de este método en el futuro.
Esta investigación se llevó a cabo gracias al apoyo de Galapagos Conservancy, Fondo para el Control de las Especies Invasoras de Galápagos, Kris Norvig, Lindblad Expeditions - National Geographic Fund, Galapagos Conservation Trust e International Galápagos Tour Operators Association.
Adicionalmente, agradecemos a Tui de Roy y Godfrey Merlen por todo su apoyo en la recaudación de fondos.