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Récord Poblacional del Cormorán no volador y del Pingüino de Galápagos en la Región Insular

24 Oct 20 /
Gustavo Jiménez-Uzcátegui
Cormoranes no voladores. Foto de: Gustavo Jiménez -Uzcátegui, FCD

---Nota de Prensa---Los pingüinos de Galápagos (Spheniscus mendiculus) y los cormoranes no voladores (Phalacrocorax harrisi) son especies que se las ha estudiado por largo tiempo en las islas Galápagos. Durante las últimas tres décadas estas poblaciones han sido monitoreadas al oeste del archipiélago.


En el monitoreo ecológico de estas dos especies, realizado por científicos de la Fundación Charles Darwin (FCD) y por técnicos de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), se llevó a cabo del 10 al 19 de septiembre de 2020 en las zonas de estudio de las islas Isabela y Fernandina y en los islotes Marielas, ubicadas al oeste del archipiélago, se estimaron un total de 2 290 cormoranes no voladores y 1 940 pingüinos de Galápagos.


La estimación del censo para el 2020 mostró valores poblacionales récord, es decir que no se han registrado desde hace décadas. En el caso de los cormoranes no voladores, se obtuvo un máximo conteo del número de individuos, en comparación con los censos realizados para esta especie, desde 1977. Mientras que, para el pingüino, el número de individuos registrado en 2020 fue el más alto desde el año 2006.


“Realizamos el censo en base de una observación directa de las aves, para el cual los censadores viajan en un bote pequeño (panga) bordeando la costa y registrando todos los individuos de todas las especies de aves de la zona marino-costera que se encuentren. Mientras se realiza el conteo, el equipo se enfrenta al oleaje, al viento, al sol, al frío y a la lluvia”, menciona Gustavo Jiménez-Uzcátegui, científico de la FCD e investigador principal del proyecto de estudio de aves marinas de esta institución.

Sobre el viaje de estudio y los resultados


Debido a la emergencia sanitaria producida por el COVID19, antes de realizar el viaje de investigación, el personal de la FCD y de la DPNG realizaron una planificación exhaustiva de las actividades de campo tomando en cuenta las medidas de bioseguridad necesarias durante la pandemia, para así evitar posibles contagios en el grupo de trabajo.


“Un resultado importante durante este censo, fue que el 86% de los individuos censados fueron adultos, tanto del cormorán no volador como del pingüino de Galápagos, siendo este resultado un dato positivo, pues significa que existe una población adulta y reproductiva” añade Jiménez-Uzcátegui. Además de estas dos especies, se registraron 21 especies de aves como el piquero de patas azules, el pelícano café, los gaviotines, entre otras, que usan la zona marino-costera como sitios de alimentación, descanso y anidación.


Es importante mencionar que estas especies se distribuyen en Galápagos, gracias a un sistema de corrientes oceánicas que bañan las islas. Estas corrientes producen zonas de afloramiento, de las que dependen las aves marinas, y las cuales son áreas muy sensibles a los cambios que se experimentan durante la presencia de los eventos de El Niño y La Niña. En el 2020 la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) certifica la presencia de La Niña en las zonas tropicales que se encuentran las islas. Esta situación es beneficiosa para las especies marinas, porque existen mayores y abundantes afloramientos, debido a que las temperaturas superficiales del mar ecuatorial están debajo del promedio en el Océano Pacífico Este-central y Oriental, y por ende existe mayor productividad primara, mayor cantidad y calidad de alimentos para las aves marinas, y consecuentemente, estas especies ven favorecidas en su reproducción.


El próximo monitoreo del pingüino de Galápagos y del cormorán no volador está programado para el mes de enero de 2021, mientras que el censo anual será, al igual que en el presente año, en septiembre de 2021. “Esperamos que las poblaciones de aves marinas vayan recuperándose poco a poco, y que la tendencia que se ha visto en este año se mantenga. Talvez así se puede compensar en algo los embates que ha tenido el evento de El Niño en las dos últimas décadas sobre estas especies y que se mantengan saludables los números poblacionales con una tendencia positiva a largo plazo” finaliza Gustavo.


Este monitoreo ecológico se realizó gracias al soporte de varios donantes que financian el proyecto del pingüino de Galápagos, cormorán no volador y el albatros de onda. Además, un agradecimiento a la ABG (Agencia de Bioseguridad para las islas Galápagos), DPNG, y FCD.

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