A veces me cuesta entender la letra. Echo mano de mis oxidados conocimientos de paleografía, pero ni así. Y es que algunas de las caligrafías que tapizan —como una alfombra de apretados garabatos— las páginas del manuscrito que estoy trascribiendo semejan jeroglíficos, o algunas de esas exóticas escrituras aún por descifrar: esas que solo sus escribientes son capaces de entender.
Y son docenas de caligrafías distintas en un único cuaderno. Un cuaderno grande, viejo, atacado por insectos que a punta de mordiscos fueron tallando un sinfín de surcos en sus hojas. Llegó a mis manos en 2018, al revisar (no podía ser de otra forma...) un puñado de cajas humedecidas, cargadas de papeles descartados. Recuerdo que de su interior cayó la foto que acompaña a esta entrada: una lechuza que, según reza la nota en el dorso, fue captada por Tjitte De Vries. El documento resultó ser un guestbook o libro de visitas: una suerte de improvisada "bitácora" en la que cerca de un centenar de manos apuntaron resúmenes de otras tantas investigaciones y trabajos realizados en isla Isabela entre 1969 y 2003, tanto por la Fundación Charles Darwin (FDC) y sus científicos visitantes como por el Parque Nacional Galápagos.
Este cuaderno que tan a duras penas estoy trascribiendo, y que en sus noventa páginas contiene unos treinta años de historia de la ciencia y de la conservación en el archipiélago, fue el libro de visitas de "El Corazón Verde".
"El Corazón Verde" fue una casa que la FCD levantó y mantuvo en el barrio La Esperanza de la localidad de Santo Tomás, en la parte alta de la mayor de las Galápagos. Fue construida a pedido de Jacinto Gordillo, representante de la FCD en Isabela desde julio de 1966. Con el apoyo de Roger Perry y Tjitte De Vries —director y subdirector de la FCD, respectivamente—, en 1967 comenzaron a reunirse materiales para la construcción y, para octubre de 1969, la casa fue oficialmente inaugurada. El lugar quedó al cuidado del propio Jacinto Gordillo y de otro personaje emblemático en la historia de la FCD: Arnaldo Tupiza, guardia del Parque Nacional, y el carpintero que levantó la estructura (junto con otro guardia, Antonio Constante).
El espacio fue concebido como un "albergue de la ciencia": una base de operaciones y refugio para todas las expediciones científicas desarrolladas en Isabela. Como anotó De Vries...
CORAZON VERDE stays for a centre of scientific and conservational activities. That this heart is still green signifies the hope: conservation without hope is blind, science without hope is lame.
["El Corazón Verde" es un centro de actividades científicas y de conservación. Que ese corazón todavía esté verde significa la esperanza: la conservación sin esperanza es ciega, la ciencia sin esperanza está coja].
En las páginas del guestbook quedaron reflejadas las diferentes visitas, con las actividades realizadas y las correspondientes fechas y firmas. Tales apuntes fueron realizados en inglés, a veces. En español, otras. Y las más, en un castellano recién aprendido, esforzado y simpático, aunque algo difícil de interpretar.
Especialmente si a la gramática deficiente y a la loca ortografía se le suma la maldita caligrafía.
[Hay ejemplos honrosos, como la entrada del día 30 de septiembre de 1987, de un científico cuyo nombre me ahorraré, el cual, después de escribir media página en "castellano" sin un solo acento, los agregó luego... con otra tinta.
Y hay ejemplos deshonrosos, como textos plagados de gruesos errores de ortografías escritos por investigadores hispano-hablantes].
Más allá de constituirse en un documento especial, registro de varios descubrimientos e ideas originales, y testigo de eventos como la erupción del Cerro Azul en 1979, el terrible incendio de marzo de 1985, la delimitación de los terrenos del Parque Nacional o la construcción de un refugio en Sierra Negra, el cuaderno compone un inventario de lo que significa el verdadero trabajo de campo: el cansancio, los largos viajes, la suciedad, las cucarachas y niguas, la lluvia, la humedad, las ampollas, la ropa desgastada, el trabajo repetitivo y aburrido... Lo dejan en claro un montón de pequeños guiños, incluidos aquí y allá en los distintos testimonios.
[También queda clara la importancia de una cerveza fría o de un buen ron].
He aquí algunos ejemplos:
Enero de 1971
Agradezco mucho a el Sr. Gordillo y los Sres. Tupiza y Cartagena para todo: reflectando desde la sopa de tomate de arbol por Alemania, los días en las faldas de Fernandina y Cerro Azul, el meeting en Marchena, hasta las alegres fiestas.
Julio de 1977
Cinco daneses estuvieron aquí realizando colecciones de plantas. Después de dos días con garúa tan espesa como sopa de arvejas en la caldera logramos ver la vista fantástica. El resultado de la colección fue muy excellente — y la estadía aquí y la expedición a Sierra Negra fue un éxito total, gracias al señor Tupiza, quien nos ayudó lo más posible. ¡Excursión y vacaciones al mismo tiempo!
Julio de 1979
The shelter provided the best, dry moments in the past 5 days. A tip to future travelers to the crater: watch out for fending macho bulls.
[El albergue nos proporcionó los mejores momentos secos de los últimos cinco días. Nota para futuros visitantes del cráter: cuidado con los toros que se defienden].
Diciembre de 1979
Viajar cincuenta kilómetros a pie fue algo muy cansado. Pero todo lo visto en Volcán Chico, Pampas Coloradas y todo el camino vale la pena cualquier cansancio.
Junio de 1982
Otro día estuvimos en Sierra Negra — que por cierto para mí fue muy negra la caminata debido a mis zapatos estrechos.
Noviembre de 1985
[En la lista de integrantes de una expedición]
Además: varios caballos, volquetes, cucarachas, perros domésticos y salvajes, y niguas.
Septiembre de 1987
Ha sido un placer, poder asistir a una becaria de la PUCE, la señorita [...], en su trabajo de entomología, aunque solo me utilizó para hacer hoyitos y poner sus milagrosos vasitos y mantenerme 5 días completamente sucio.
PD: Gracias a [...] por las cervezas.
El cuaderno de visitas de "El Corazón Verde" deja testimonio de la excelente labor realizada por los cuidadores de la FCD, y por colaboradores como Pedro Cartagena, sobre los que volveré a hablar en este espacio. Pero, por sobre todas las cosas, es una demostración de trabajo científico y de amor por un pequeño rincón del mundo que no dejó insensible a nadie.
I wish it to be a pleasant process before this heart is ripe.
[Confío en que el proceso de maduración de este corazón sea placentero]
Tjitte De Vries, 31 de octubre de 1969.