Una nueva AMP a lo largo de todo el litoral ecuatoriano para proteger ecosistemas, hábitats y especies costeras clave
Las Áreas Marinas Protegidas (AMPs) son herramientas de gestión que permiten mantener la salud de los sistemas marinos mediante algún tipo de protección, restricción o uso. La protección marina puede realizarse mediante la creación de reservas, santuarios o parques. Cada una sirve a un objetivo diferente, con distintos enfoques de gestión, distintos usos y, en consecuencia, distintas restricciones.
En los últimos años, el Estado de Ecuador ha liderado avances pioneros en la protección marina. Por ejemplo, la Reserva Marina Hermandad, declarada a principios de 2022, fue noticia en todo el mundo por servir como el primer corredor marino entre dos AMPs y por abrir el camino para muchas más AMPs en la región del Pacífico Este Tropical.
En marzo de 2023, el Presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, volvió a sorprender al mundo con la declaración de una AMP, la primera de su clase, diseñada para proteger toda la costa continental de Ecuador dentro de las 8 millas náuticas. La declaración de esta área protegida a lo largo de la costa es un hito importante en la protección de ecosistemas clave, especies, procesos y medios de subsistencia que dependen de esta zona. Los aproximadamente 1,5 millones de hectáreas ahora bajo protección permiten la conectividad ecológica entre otras AMPs ya existentes en la región costera, como la Reserva Ecológica Cayapas-Mataje, la Reserva Marina Galera-San Francisco, la Reserva Marina El Pelado, el Parque Nacional Machalilla, la Reserva Marina Santa Clara y el Refugio de Vida Silvestre Manglares del Morro (Áreas Marinas Protegidas de la Costa).
Innumerables especies residentes y migratorias se beneficiarán de esta nueva zona protegida costera porque conectará hábitats de los que dependen para aparearse tener a sus crías y amamantar, alimentarse y descansar, todos ellos procesos biológicos críticos. Por ejemplo, la costa ecuatoriana es una zona de crianza clave para las ballenas jorobadas que migran desde la Antártida para aparearse y dar a luz a sus crías en el Parque Nacional Machalilla y en la Reserva Marina Galera-San Francisco. Este proceso biológico crítico está ahora asegurado. Otras especies que se beneficiarán de la nueva zona protegida costera son las tortugas marinas, los delfines, las orcas, las mantarrayas, varias especies de tiburones y las aves marinas, muchas de las cuales se encuentran diferentes categorías de peligro de extinción.
La nueva franja de costa protegida añade 1,5 millones de hectáreas a los 19,3 millones de hectáreas de AMPs existentes en Ecuador y aumenta la probabilidad de una coexistencia saludable entre especies y sectores productivos, dado que en la nueva AMP costera sólo se permite la pesca artesanal. La pesca artesanal, un importante sector productivo que lleva miles de años faenando en estas aguas, adquiere un papel aún más relevante en las prácticas de pesca sostenible y conservación marina.
En cuanto al objetivo 30x30, es evidente que sólo los esfuerzos conjuntos pueden hacer posible este resultado. A largo plazo, la seguridad alimentaria con productos del mar, las actividades turísticas y el sector servicios seguirán gozando de buena salud si, y sólo si, alineamos las prácticas pesqueras sostenibles con la protección de los ecosistemas marinos clave y los servicios que prestan.
Cuando la política se alinea con la acción concreta, el cambio es posible. Está claro que debemos seguir inclinándonos por un modelo inclusivo de conservación marina, en el que las personas sean tratadas como aliadas en la conservación de los ecosistemas marinos y costeros. Esto se está convirtiendo hoy en una realidad, como demuestra la creación de la zona costera protegida de 8 millas de Ecuador. Ahora vemos que es posible conectar las AMPs con el turismo y las prácticas pesqueras sostenibles. Sin embargo, se necesita una gobernanza eficaz para que esto se haga realidad.